viernes, 21 de diciembre de 2012

CONSEJO PARA EL FINAL DEL CAMINO


Cierta vez un Maestro me brindó un importante consejo que hoy deseo compartir con quiénes visiten casualmente este blog. Aunque, antes de eso,

debo advertir al lector acerca de algo, algo con lo cual contar para una mejor comprensión de forma y fondo:

El Maestro en cuestión, tal como otros muchos de su nivel, al vivir en uso de…, digamos, otro punto de vista, veces hay en que descuenta la buena interpretación del sujeto, simplemente humano, al que se dirige. Razón por la cual lanza, como si tal, algunos temas que pueden parecernos delicados, amenazantes, o, cuanto menos, merecedores de cierta (obviamente previa) introducción.

Así es que el Maestro me preguntara, usando un tonito casual, si había yo decidido qué hacer inmediatamente después de mi muerte.

Si bien no usó el término “muerte”, lo primero que acudió a mí, aún antes que cualquier pensamiento, fue un incomprensible sentimiento de temor. Me sentí luego realmente decepcionado a causa de esta reacción; cientos de veces habíamos charlado sobre otros mundos, nuestro efímero paso por este, así como de todo tipo de temas relacionados, directamente, o no tanto,  a ese cambio de posición dentro del escalafón cósmico, no obstante, aún se escondía en mente una porción de ese depredador: el miedo.

Claro está que he yo visto mucho de lo que acontece al humano previo a ese momento, y mucho también tengo estudiado acerca de la vida en otros planos, pero mi Maestro, según solía hacerlo, me sorprendía apuntando justo allí, a mí punto más débil. Él estaba personalizando lo teórico y subjetivo, llevándome a mirarlo como personal y presente. ¡Él le estaba aplicando una llave al cuello de mi ego, quién, loco, gritaba de dolor ante la seguridad de su muerte! ¡Y llevaba razón!, puesto que se estaba hablando de su definitivo final, aunque, quede claro, que no del mío.

El Maestro aguardó calladamente hasta ver que me recuperara del impacto inicial, para, sin esperar respuesta, decirme lo que tenía que transmitir en ese momento; ni una letra de más, ni un gesto de menos. Solo lo justo y necesario.

“-Bajo ninguna circunstancia debes alterarte –digo comenzando su alocución-, hay un pequeño lapso de tiempo (luego de la “muerte”) en el que puedes elegir tus pasos inmediatos, en ese, tu nuevo estado. Solo por unos instantes cierra tu visión y busca la paz interna.

Tu primera inclinación será volver tu pensamiento hacia las personas y cosas que dejas atrás. Querrás comunicarte con tus afectos, y te lamentarás por los proyectos inconclusos, pero si logras asirte de ti mismo <cosa que allí no te será difícil>, te encontrarás en un estado de libertad y mayor armonía. No permitas que ningún sentimiento te perturbe y podrás encontrar una nueva posición confortable y acorde al sitio donde te encuentras.

Una vez obtenida la estabilidad, necesaria luego de cada cambio, podrás, haciendo uso de esta nueva y ampliada consciencia, darte algunos gustos.

La evolución no tiene porqué ser algo serio ni tan formal, y ya has salido de ese mundo donde esas posiciones se mal-usan hasta el cansancio.

Aunque ya bien lo sabes, no lo olvides: no debes quedarte observando el pasado, los amores que ahora parecen perdidos, serán tuyos para siempre. En cuanto a lo otro que pudieras dejar atrás, bueno, todo eso carece de importancia.

¡Tómate tu tiempo para hacer lo que deseas! Eso sí, que no sea demasiado, pues puedes olvidar tu destino final, quedar entretenido en tonterías, y esto puede costarte demasiado caro.

Viaja, ya que ese es tu gusto, visita todos los lugares que desees, lee, en segundos, todos los libros que gustes sin siquiera sacarlos de su estantería (lo cual, de desearlo, no podrías hacer), explora el lado oscuro de la Luna, y vuela por el espacio con el solo impulso de tu pensamiento. ¡Pero cuidado!, es ese mismo acto: el de pensar, lo que te puede llevar al desastre. ¡Jamás te permitas ideas (propias o ajenas) que hagan descender tu nivel vibratorio!

Verás muchas cosas flotando por el éter; no te detengas en su observación, son las creaciones mentales humanas, que por ahí andan vagando y en espera de algún receptor dispuesto a incorporarlas antes de perder su energía remanente.

No bien hayas satisfecho tu curiosidad sobre las cosas de este mundo, ¡Levanta la visión!, ¡Has vibrar de amor incondicional tu pecho!, y  prepárate a recibir al guía que está aguardando tu atención, para darte la  más cálida bienvenida y conducirte hasta el comienzo de tu nuevo camino.

Llegado a este encuentro, es ya poco probable que te extravíes, has aprendido sobre lo que vendrá, MANTENTE DESPIERTO, y la misma dinámica de la evolución te llevará hacia adelante.

Solo algo más, querido hijo mío, y solo por tu seguridad: escribe esto en un cuaderno, guárdalo en sitio que siempre recuerdes, y ve por él si más tarde te es necesario.-

 

                                                  Filemón Solo

                                                         

 

 

 

 

lunes, 12 de noviembre de 2012

PENSAMIENTOS

No hay un solo sitio en el universo que no se mueva. ¡Y uno busca cosas firmes!
Para modificar el futuro, hay que cambiar el presente

lunes, 5 de noviembre de 2012

LO OBVIO, AUNQUE CIERTO, NO SIEMPRE SALTA A LA VISTA


LA ANTINOMIA Y LA ESTUPIDEZ

Cada día se me hace más evidente la ligereza con que se trata la información sobre ciertos asuntos, que, en apariencia pequeños, pueden pesar fundamentalmente en nuestra vida.

¡Ya no cabe duda! Está explícitamente demostrada por la ciencia la importancia del “Efecto Placebo”. Y para probar la justeza de esta afirmación, solo tome cualquier prospecto indicativo adjunto a todos los medicamentos de cierta significación. Allí verá como este fenómeno de la psiquis humana, es norma en las pruebas de laboratorio medicinales.

La psicología nos aconseja firmemente evitar cualquier tipo de pensamiento negativo. Visualizar, en cambio, situaciones relacionadas con la buena salud, el éxito y la armonía, y prescindir de imágenes y dichos que alimenten toda forma de “Negrura”. Esa que subyace, artera, en nuestro subconsciente.

La Psiquiatría nos receta con antidepresivos que, entre otras cosas, aspiran a facilitarnos la modificación de los errados paradigmas, basados en el temor, y que han hecho necesarios estos medicamentos.

Desde todas las escuelas de conocimiento, y todos los consultorios médicos, nos alientan a: “desear sentirnos bien”, “evitar que nos afecten los dichos pesimistas”, “regular la lectura de periódicos, la escucha y visión de noticieros”, y “abstenernos de la vista de imágenes trágicas e insalubres”.

PERO, Y SOBRE TODO, DESALOJAR EL TEMOR DE NUESTRO SENTIR.

Ya está, también, ampliamente demostrado como el miedo y el estrés, de él derivado, propician las enfermedades del cuerpo y de la mente.

 

Y no solo eso, están documentados los crecientes casos de remisión espontanea de tumores, asma, y cantidad anomalías psicofísicas que aquejan al humano promedio. Claro está que hay que mudar la forma de pensar, y poner la voluntad de “obligarse” a ver bellas estampas, y hermosas realizaciones.

 

Ahora bien, vista está la influencia de la mente sobre el cuerpo, así como la indiscutible importancia del TEMOR en la generación de enfermedades, fobias, y depresión. NO OBSTANTE se ignoran estas verdades bombardeándonos con publicidades de, más o menos, de este cariz:

 

1)Para lograr que el motociclista use casco, (cosa que solo a él compete) se reproduce una grabación donde el alarmante sonido de los frenos de un vehículo, seguido del retumbo de una colisión, pretende ASUSTAR a los destinatarios del mensaje.

 

2)Para lograr que el automovilista coloque a sus hijos los cinturones de seguridad, nos dan a escuchar un accidente donde los gritos de los niños nos ponen los pelos de punta, y el pensamiento vuela temeroso hacia nuestros pequeños hijos, nietos o sobrinos.

Total, que si no alcanza este tipo de temor, nos plantan la amenaza de una multa. Ahora, además, temeremos a la represalia oficial, pues, de una u otra forma debemos tener miedo.

 

3)Para lograr que el fumador deje su hábito, OBLIGAN a las tabacaleras, sí, pero NO a suspender su producción, tampoco a que quiten el alquitrán y los químicos que PODRÍAN ser nocivos para la salud, no, eso No. Las OBLIGAN, sí, a que en las marquillas de cigarrillos se estampe (entre otras) la imagen de un pulmón atacado de cáncer, en tanto en la otra cara del atado un letrero anuncia una vil falacia: FUMAR CAUSA CÁNCER. Así como afirmación incuestionable sin alternativa ni escapatoria. Por supuesto que, quienes decidan seguir fumando, estarán “invocando” a la enfermedad vista en la marquilla.

 

4)Para lograr que el automovilista se coloque el cinturón de seguridad (cosa que solo a él compete), se le muestran terribles accidentes donde el conductor, o/y, sus pasajeros terminan hospitalizados o muertos, por no haberse ATADO AL VEHÍCULO. En tanto se obvia la forma en que se “acomoda” a los pasajeros en transporte público (que no es público).

 

5)Para lograr que usted NO ESTACIONE su vehículo, donde “la autoridad “no lo considera conveniente, lo asusta mediante carteles con el dibujito de como será brutalmente retirado por la grúa su automóvil del lugar. Para que no lo olvide, los mensajes radiales lo espantan, informándole del coste del “servicio de grúa” que usted deberá abonar; más la multa correspondiente, claro está.

Ahora veamos: ¡A USTED NO LE ESTÁN DANDO ALTERNATIVA, NO EXISTE SITIO PERMITIDO DONDE DEJAR SU COCHE! Bueno, podría ser en algún alejado barrio de la ciudad, O…, DEJARSE ROBAR POR LOS ESTACIONAMIENTOS PRIVADOS. MISMOS QUE DEBEN ABONAR SUS IMPUESTOS POR CADA TICKET EMITIDO. A PROPÓSITO, ¿HA USTED NOTADO QUÉ JAMÁS “OLVIDAN” CONFECCIONAR SU COMPROBANTE OFICIAL?

 

6)¿Hace falta mencionar a los impúdicos despojos de automóviles siniestrados, colocados sobre pedestales en algunas rutas? ¿Le ayuda esa visión, o, nuevamente le causa temor, y una inseguridad que propicia el accidente?

 

Seguramente encontrará usted un sinnúmero de situaciones similares, o peores que las mencionadas. ¡No las agregue al listado!, no vale la pena. SOLO NEGUÉMONOS A SENTIR CUALQUIER TEMOR.

 

DESOIGAMOS A LOS ESTUPIDOS DICOTÓMICOS, BURLÉMONOS DE ELLOS…

 

¡SIENDO SEGUROS Y FELICES!
 
                                   Filemón Solo

 

Nadie tiene obligación de hacer circular esto. BENDECIMOS A TODOS, LO HAGAN, O NO.

lunes, 1 de octubre de 2012

COMPETENCIA

Estimados lectores: Aún no sé bien como, caí sobre este escrito que yacía inactivo en un rincón de mis archivos. Se trata de un hecho real, y vale la pena su resurrección y mi más amplia recomendación. F.S.  

 

“Hace algunos años, en las olimpiadas para personas con discapacidad de
Seattle, también llamadas "Olimpiadas especiales", nueve participantes,
todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera de

los cien metros llanos. A la señal, todos partieron, no exactamente disparados,
pero con deseos de dar lo mejor de si, terminar la carrera y ganar el premio.
Todos, excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó rodando y comenzó
a llorar...
Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás.
Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron... ¡Todos!
Una de las muchachas, con síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo:

"Listo, ahora vas a ganar". Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y
caminaron juntos hasta la línea de llegada.
El estadio entero se puso de pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos.
Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día, repiten y

repiten esa historia hasta hoy.
¿Por qué? Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que
ganar, es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y

cambiar el rumbo.
Porque el verdadero sentido de esta vida es que TODOS JUNTOS GANEMOS, no cada uno
de nosotros en forma individual. Ojalá que también seamos capaces de disminuir el paso

o cambiar el rumbo, para ayudar a alguien que en cierto momento de su vida tropezó y

que necesita de ayuda para continuar. Creo que nos hace falta disminuir el paso y cambiar
de rumbo y sobre todo que esto no sea un proyecto individual, sino colectivo, entre todos

seguro que podemos...
Si quieren compártanlo, y sino, simplemente guárdenlo en su corazón, y asegúrense
de encontrarlo en el momento oportuno, cuando deban ayudar a alguien que los necesite.”

 

Autor Anónimo

 

 

lunes, 17 de septiembre de 2012

ATENCIÓN A LOS AMIGOS DE GREENPEACE

Ya firmaste la petición para que los directivos de la empresa EIDICO S.A. cumplan con la Ley de Bosques y cancelen los proyectos que violan la Ley de Bosques en Villa La Angostura. Ahora ayudanos a difundir esta campaña entre tus contactos

Compartí el reclamo en las redes sociales y por mail:

 

  • Invitá ahora a todos tus conocidos a que también se sumen al reclamo. Hacé click aquí o copiá y pegá el siguiente mensaje y envialo por mail a tus amigos:

 

Hola, ¿Ya viste este reclamo?
www.greenpeace.org.ar/bosquepatagonico
Yo ya participé.

Los bosques patagónicos están en peligro. La empresa EIDICO S.A. esta promocionando grandes barrios exclusivos y una cancha de golf en Villa La Angostura. Este proyecto desmontará 1.100 hectáreas de bosques nativos con árboles de más de 100 años, valiosos en biodiversidad y una de las áreas mejor conservadas del país.
Los desarrollos no sólo provocarían un severo impacto ambiental sino que, además, violan claramente la Ley de Bosques.

.
Escribiles ahora a los directores de EIDICO, Jorge O´ Reilly y Patricio Lanusse y reclamales que, en cumplimiento con lo establecido por la Ley de Bosques, cancelen de manera urgente sus proyectos urbanísticos en Villa La Angostura. Entrá a
www.greenpeace.org.ar/bosquepatagonico
Un abrazo,

 

  • Difundilo en las redes sociales que participás:

     

    • Twitteá este pedido urgente, hacé click aquí.

    • Compartí la ciberacción en Facebook, hacé click aquí.

    • Compartí esta ciberacción en Sonico, hacé click aquí.

 

 

  • Si tenés Blackberry o What´s Up también enviale este mensaje a todos tus contactos.

"Los bosques patagónicos está en peligro. Decile NO a los countries de la empresa EIDICO que van a desmontar Villa La Angostura, violando la Ley de Bosques. Entrá en www.greenpeace.org.ar/bosquepatagonico"

 


 

 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

¡POBRES TIPOS LOS ALTOS!

  “¡Bueno viejo todo eso que me cuenta es a causa de un problema en la zona cervical! En cuanto a los dolores de cintura, son los típicos de una lumbalgia crónica” -me decía el traumatólogo-.

Y así seguimos, los dorsales (a los padecimientos me refiero) se deben a una inveterada e incorrecta postura. 

¡La espalda derecha!, siempre observaba mi viejo, cosa que efectivamente he tratado de mantener durante estos noimportacuantos. Claro que siempre que pienso en ello, pues el resto del tiempo me encuentro desobedeciendo esta, su expresa orden, inclinado ante todos esos elementos mal diseñados que atentan contra la salud de nuestra columna vertebral.

Dejemos de lado ciertas posturas que uno debe adoptar en el cuarto de baño justo antes de apretar el ya generalizado botón. Pero inmediatamente después debe “descender” hasta la altura del bidet, e “indeclinablemente”, inclinarse ante el lavabo en buen cumplimiento de las normas de higiene. Las toallas jamás están al nivel de las manos, y así seguimos. Pero ¿y el sencillo, cuanto necesario, acto de cepillarse los dientes? De nuevo desobedeciendo al viejo.

Cualquiera, de muy escasa estatura, diría que la he emprendido contra los sanitarios, pero no es así. Fíjese usted lo que ocurre con el clásico horno de la cocina. ¿La bacha (pileta)?, ¿quien pude fregar las cacerolas con la espalda recta? ¿Y la tabla de planchar?, ese artefacto concebido solo para esas siete personas fabulosas que guardaron de Blanca Nieves. Ya que esta última, pobrecita, padeció de todo esto, y mucho más, en el comienzo de la moda para enanos.

Intente usted tomar una reconfortante sopa sin doblar su espalda, para no hablar de unos buenos spaghetti al fileto, un flancito de postre o el acostumbrado cafecito. ¡Ah!, luego viene levantar y limpiar la mesa. Misma cosa.

El lavarropas, aún teniendo la tapa en la parte superior, sus controles van insertos en el frente de la máquina. Máquina bajita, claro.

¿Lavar o barrer el piso en posición erecta? No existe Homo Sapiens que logre hacerlo, diga lo que diga la Evolución de las Especies.

Nadie entra, o sale, parado de su automóvil. Ni hablemos de revisar el aceite o el agua del motor, o del desiderátum de cambiar un neumático.

Tender la cama puede ser realmente doloroso, pero el cambio de sábanas, bueno eso es algo único.

Ya dejemos todo este vertebral asunto, Me voy a distender un rato trabajando en la huerta, que, como suele suceder, está sobre el mismísimo suelo.

 

               Filemón Solo

 

 

 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

PENSAMIENTOS


Si hubiera algún final, seguro sería feliz

Podríamos vivir con el 20% de las cosas que "necesitamos"

Todos podemos volar. Los cuerpos no

 

miércoles, 29 de agosto de 2012

¡CON EL SUDOR DE TU ALMA!

Adsorbido por la cotidiana labor
Por la preocupación de lo eventual
La ilusoria obligación de “ese” cumplimiento
Del trámite ridículo
De la espera inútil de un encuentro igualmente inútil

Fagocitados los minutos que devienen en horas
Sumando jornadas, cuyo balance se obvia, por efímero

Dinámica impuesta a la inversión de una materia que se deteriora, sin lograr obra alguna
Conjunto de armónicos procesos químicos e impulsos eléctricos
Otorgados sí, pero para el pensamiento, para el consecuente accionar
Una majestuosa, incomprensible organización cuya capacidad se malgasta
Se desperdicia en intentos más o menos exitosos en la obtención de pequeños envoltorios de un 99% ¡de nada!

El responsable, pináculo de la creación local
Energía especializada, progenie de lo divino
transita confundido, y por cierto muy ocupado,
hacia el final de una etapa de su olvidada eternidad, con mucha pena y una importante cosmética sobre el rostro de una mal disimulada resignación

ÉL vino, redimió, y sus simples, esenciales, leyes abolieron para siempre cualquier otra interpretación de la supuesta maldición adámica    
El asunto no radica en “el sudor con el cual ganar el pan”, sino en la dedicación de tiempo completo

Más no solo en obtención del sustento, no
Si, en los mil extravíos que ello trae bajo el brazo;
para nuestro nivel de comprensión, claro está

ÉL habló. ÉL modificó (si es que algo habría de serlo) el concepto del sufrimiento en aras de la supervivencia           

Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?
¡Las aves de los cielos y los lirios de los campos...!

 ¡Hermoso! Con solo ser lo que uno Es, nos aseguró el sustento

 Sin sudor de la frente
                                                             Filemón Solo

martes, 21 de agosto de 2012

PENSAMIENTOS


Sin bien necesitamos respuestas, no nos estamos preguntando

Saber el nombre de cada especie de árbol, es cultura, conectarse con solo uno, sabiduría

                                                                 Filemón Solo

sábado, 18 de agosto de 2012

NOSOTROS. HUMANOS


Si el comportamiento humano es el producto de sus experiencias y no de su conocimiento intrínseco, el hombre necesitará de la guerra, la enfermedad y la miseria, para poder valorar la paz, la salud y la abundancia. En suma, esta raza tan particular solo sabe apreciar aquello que pierde. Y si de pérdidas se trata, así ocurre con su memoria, la que la abandona con la suficiente frecuencia como para que le sea menester el repetir estas calamidades para activar el recuerdo de su contraparte.

Bien se podría decir que el hombre suele extraviar la sustancia madre del universo: El amor. 

                                                                    Filemón Solo

 

domingo, 5 de agosto de 2012

CONFUSIÓN


No hay donde volver. El sitio ya no existe, como todo sueño se esfumó al abandonarlo. Lo dejé sin mirar atrás y me fui alejando paulatinamente, paso a paso. En comienzos intentaba retornar a las viejas brumas con la esperanza de reingresar al engaño que las construyera, hace ya tantos y tantos años de ceguera.

No es que haya aprendido mucho, ni siquiera lo necesario indispensable para desoír a la nostalgia que la perdida ilusión me regurgita de tanto en siempre. Solo una gota, esa que entrega el alambique del vivir en la experiencia; y luego de un costosísimo proceso de destilación de elementos espurios. Muy poco, es cierto; magro en volumen, pero conteniendo un auténtico resultado: conclusiones, y lo que se concluye está pues,”concluido”.

Y la soledad, que no existe como falencia de persona o cosa, es el único estado de pureza del sentimiento. Verdad que ese sentimiento debió ser esterilizado, pues contuvo los gérmenes nacidos en engañosos recuerdos de irrealidades acontecidas en la ficción de aquello que creímos más o menos cierto. Tiempos donde despilfarrábamos nuestra fe como si fuera la verdadera. Inversiones de esperanza disparada hacia casi cualquier cosa parecida al afecto que se nos cruzara en el camino.

¿Dije afecto?, sí eso dije. El pedido de disculpas viene acompañado de un escueto relato de los usos de una época donde “la frase” no se pronunciaba así como así. El “te amo” se escondía tímidamente detrás de un incorrecto “te quiero”; término que solo alude a una mera posesión. Tuvimos que aprender a expresar con su nombre el sentimiento que la almidonada generación anterior (anterior a la nuestra, quede claro) omitiera en su enseñanza, y no por intención de silenciarlo, sino por la misma causa: nunca nadie en su educación le diera semántica aplicación. El afortunado que, portando más de cinco décadas contara con destinatario, recién aquí se aventuró a lanzar su primer “te amo”.   

Cualquiera sea el nombre que le damos, casi todos conocemos algo acerca del amor, el problema radica en su práctica y conservación. Ahí es donde se esconde el porqué de tantos intentos caídos en fracaso. Siendo solo parte de aquello que realmente somos, esperamos que otro ser nos provea del sector faltante: “eso que nos complemente”, obviando que la plenitud debe ser patrimonio personal, para luego ejercitarla en la pareja. El amor que llena un vacío, más que amor es una prótesis.

                                                                 

Sí, no hay donde volver, la inocencia, tan cercana a la estupidez, se deja atrás en un para-siempre cuyo trayecto nos sitúa exactamente donde estamos: tratando de comprender el porqué debemos alejarnos nuevamente de la presente alucinación, o, en su defecto, no comprendiendo nada.

Licuado de cariño, bronca, una pizca de mentira y resignación a gusto.



Claro que hay almas gemelas, lo que difiere son las personalidades.





                                              Filemón Solo

jueves, 26 de julio de 2012

CINCO, MUY “SENTIDOS”


Un sabio dijo: “Si viéramos todo lo que nos rodea nos volveríamos locos”

Otro sabio dijo: “Si oyéramos todo lo que se dice nos volveríamos locos” 

Un tercero dijo: “Si percibiéramos todos los contactos nos volveríamos locos”

El cuarto dijo: “Si olfateáramos la realidad ciertamente nos volveríamos locos”

El último dijo que, pese a ser miopes, sordos, y unos insensibles faltos de olfato  NOS VUELVE LOCOS EL DARNOS TODOS LOS GUSTOS



                                                 Filemón Solo                


viernes, 22 de junio de 2012

PENSAMIENTOS

Quien esté totalmente seguro de sí mismo, es un iluminado, o un idiota 

La deuda no solo compromete, también limita el albedrío


                                                 Filemón Solo

jueves, 31 de mayo de 2012

PENSAMIENTOS

El que no cree en nada, solo lo cree

Del diccionario: El término “miserable” denomina tanto al paupérrimo como al avaro

                                         Filemón Solo

jueves, 24 de mayo de 2012

PLENITUD

La búsqueda, constante, permanente. Inevitable
Exigente anhelo motivando el esfuerzo de la vida

Frente a una situación del todo imprevista -ya que solo se pretende el gozo- y provista de dudas, locuras, temores y padeceres                        

Todas arquetípicas tallas realizadas en la misma atávica madera de anteriores y ajenas generaciones

De propias olvidadas encarnaciones

A la postre, solo brisa que sopla nuestras velas de deriva por un corto tiempo y distancia. 

Pero disturba

 Siempre será magra la medida de lo tangible, ante la infinitud agraviada por el deseo insatisfecho

Deseo de plenitud y eternidad

Sí, hoy te tengo amor, en rostro, cuerpo y sentimiento de mujer

Sí, hoy te tengo amor, en mis brazos, acunando al hijo de la vida

Sí, hoy te tengo amor, frente al pocillo de café, único obstáculo ante la figura de mi hermano, compañero de jornada

 Si hoy te tengo, pero igualmente me duelo con el sufrimiento de la segura percepción de lo efímero

Insoslayable sensación del “semilleno”; o peor, del “semivacío”

Notoriedad de lo que falta

Evidencia experimentada de una discapacidad tanto en la recepción, cuanto en la entrega

 No es insaciable el deseo, ni permeable el fondo de su vasija

No es verdad que el contento surja, espontáneo, con la resignada valoración de saldos y retazos

Que lo haga de pequeñas luces de foráneas luciérnagas, migajas de alegría

Valorarlas seria disminuirse; renunciando por comodidad al áureo metal conformarse con sus reflejos                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
No es la conformidad estado que conduzca a la realización

No, es el desencanto, consecuencia de la falencia, el impulsor del cuestionamiento salvador

El mismo punto de trascendente intuición que acusa la falencia, evidencia el insulto del vacío subyacente en la carencia

No es el lanzarse a la ingenua carrera -siempre con obstáculos- lo que saciará el ansia del vuelo

Vuelo natural, impoluto, diáfano; sin alteración del aliento y sin retorno al suelo

 No se lee el libro no editado; ¡pero ha sido escrito!

El incomprendido grito del alma, produce temor, y se silencia

El temor es la respuesta a lo ignoto

Es el temor quien cierra las ventanas y baja las cortinas

Y ese grito, mudo ya, se pierde en el espacio cósmico

Oportunidad nuevamente postergada

 Y la formula bendita, que es su respuesta, no se lee, no se escucha

El secreto de la sublimación, potenciadora y purificadora, vuelve al remitente por ausencia del destinatario                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
Mismo que se halla vacacionando en las playas de la estupidez, sumamente “estrestenido”

Distraído y construyendo pequeñas obras de arena con plásticas herramientas de vistosos colores

 El mensaje, cierto es, no se extravía -no podría- solo se posterga

Pero se suman los tiempos de retraso

Bueno, no habrá manuscrito que no lea, ni correspondencia que no abra. ¡Cuando los tenga!

En tanto, emulo menor de la distracción colectiva, busco la fortuna de la felicidad en la pobreza, de esa moneda que alguna amorosa mano le ofrezca a mi destino.

 Filemón Solo



                                                                                    



                                                                    

jueves, 17 de mayo de 2012

El sendero, el recodo, y...París


Gracias Héctor por tu colaboración.
Era un día limpio, claro, y sin obligaciones. Fui a una galería de esas que exponen pintores no conocidos. Siempre me gustó la pintura, a veces encuentras cuadros interesantes, no sé si de gran valor monetario, pero sí en lo afectivo. Cada pintor expresa, lo que desea, y su obra no siempre es interpretada.

     En fin, de recorrida me sorprendió un cuadro que, para el neófito, no dice nada, quizá para mí tampoco, pero al pasar frente a él algo me atrajo.

En la obra se destacaba una calle, sí, una calle en medio de una gran forestación, que atravesaba la tela pero que parecía sin fin. Los colores reflejaban varias etapas del camino, como si arrancara de un paisaje parecido a los bosques de Chubut, en Esquél, donde estuve y quisiera volver, siguiendo luego por calles de una ciudad en nada convencionales. Me quedé observando que, a medida que me acercaba, parecía que la calle avanzaba, y si me retiraba, salía de ella hacia el bosque, -¿cómo lo logra?- me pregunté; de repente…una voz cercana, inquirió, -¿le gusta?-, miré a mi lado y vi a un señor, (extraño personaje, si los hay), vestido con un saco rojo , de buena tela, pantalón al tono y un sombrero simpático, que resultó ser mi interlocutor. –Sí-, respondí, ¿sabe usted quien lo pintó?, porque no está firmado. – Sí-, respondió, -¿quiere conocerlo?-, ¡por supuesto!, -me apresuré a decir-, bien, entonces vayamos. Acto seguido me tomó del brazo y avanzamos hacia el cuadro.

No me pregunten cómo, pero, en un instante, estaba en el sendero recorriendo ese bosque verde y escuchando sus inconmensurables sonidos. El personaje caminaba sonriente contándome sobre el origen de cada ruido, de cada pájaro que cruzaba, sobre cada rincón que saludaba, sin que yo pudiera ver a nadie. –Están-, me dijo, lo que pasa es que usted no procura verlos…haga un esfuerzo, déjese llevar por el ambiente del bosque y verá sus caras. Puse mayor atención, según me indicaran las palabras del hombrecillo, y de pronto vi unos ojos sonrientes que aparecían y desaparecían entre el follaje, -son duendes-, me explicó, -pocas personas los ven, pero allí están-.

Realmente me sentía bien, todo hacía que no me preocupara por saber donde estaba, sino como seguía el camino; al poco rato paramos nuestra marcha, justo en un recodo donde el agua azul de un lago daba la sensación que nunca, nunca, nunca, hubiese estado el hombre y sus desatinos

-¿Va bien?-, me preguntó mi guía, -"fantástico"-, le respondí. -"Este es el camino del pintor, al final del mismo nos encontraremos con él y lo conocerá"- . Seguimos andando, y el sendero se fue transformando en calle propiamente dicha, sin saber cómo, empezamos a ver una ciudad en la que yo nunca estuve, pero que, por lo que he leído y visto, me resultaba familiar. La calle, que ya era calle, y a sus costados se veía gente bohemia que pintaba y leía versos sin tapujos ni sonrojos, -¿dónde estamos?-, pregunté, -"Esto es París"-, fue la respuesta.

¿París?, ¿Francia?, ¡Cómo qué París!, ¡si no viajamos!, -sí, París- , me respondió. Estuvimos andando, -esto es París, y esta calle es arte, acá es en donde muchos se trasladan sin necesidad de viajar, solo por medio de sus sueños-, -¿acaso sus sueños no quisieron llegar a conocer Paris?, sus calles, su gente...bueno aquí estamos...allí hay un bar. Se llama Café de la , ¿lo conoce?, mire...allí está el pintor-.

El hombre que estaba sentado nos saludó agitando sus brazos, invitándonos a sentarnos, una bella señorita nos sirvió café. -"¿Es tal como la imaginó esta dama?, ¿verdad?-, me dijo, y sin aguardar respuesta, inquirió: -¿gustó de mi pintura?-, "me sorprendió", respondí...

-No soy yo, el que define mis trabajos, sino la gente como Ud., que transforma mis telas en sueños-, y acto seguido, se dio vuelta y me agradeció el haberlo ido a conocer. ¡Él me agradeció a mí!

-Continuamos viaje?-, sugirió mi acompañante, -sí, le respondí-, ¿hacia adonde seguimos?

-ya es tarde, debemos volver-, me informó. Bajamos unos peldaños de escalera, y me dijo, -llegamos, adelante-, abrió la puerta y me encontré en el hall de la galería de arte, ¡pero no así con mi interlocutor!, me quede inmóvil, -¿estuve soñando? ¿durante cuánto tiempo?-.

Caminé en busca del cuadro en la pared, pero ya no estaba... ¿Como pudo ser?, ¿lo habrán vendido? Si hasta hace un rato lo estaba mirando. Un poco quejoso al no verlo, y no encontrar respuestas, enfilé hacia un bar, pedí un café sintiendo una mezcla de frustración y alegría por lo que había vivido o soñado, pagué , y emprendí el regreso a mi casa.

Al llegar, el encargado me abrió la puerta y me dijo: Tengo esto para usted, me lo dejó un señor junto a esta tarjeta. “Saludos cordiales, que lo disfrute, me hizo feliz. Firmado De la Pé.

Era el mismo cuadro, con solo con una variante: de firma tenía unos ojos sonrientes

Héctor Julián


miércoles, 16 de mayo de 2012

El Barco y el Chupetín

PARTICIPACIÓN DE HÉCTOR JULIAN

Salí a caminar, sábado, tranquilo, pensaba hacer unas compras, el tiempo me sobraba.
Repentinamente, en una esquina,  vi  a un niño arrodillado llorando, me acerqué a preguntar que le pasaba, –a mi barquito se lo llevó el agua por ahí (señalándome una alcantarilla).
Había llovido en forma intensa el día  anterior, y el agua corría, por lo cual parecía posible el motivo de su queja.
¿Cómo era tu barquito?,  -pregunté-, era de papel, a mi me gustaba, me respondió,- bueno-, le dije, vamos a hacer otro. Con un pedazo de madera de árbol, dos ramas y un papel de chocolate armé una balsa con velas. -¿Te gusta?-,  ¡fantástico! –respondió-,  pero,…si se me va también?
Bueno, ve a la plaza con tu papá, y hazlo navegar, con un hilo largo, por el lago.
Muy sonriente, y abrazado a su barco como si fuera un tesoro, me dijo -¡Gracias, me llamo Luciano, me dicen lucho,¿ y vos?-.  Le di mi nombre, me saludó, y se fue.
Al día siguiente pasé por el parque pensando en comprarme unos lentes oscuros más baratos,  y pasé junto al lago. Me acerqué y, sorprendido, observé navegando a una balsa muy similar a la que yo había armado. Era de tamaño natural y manejada por un personaje pintoresco, de saco color rojo, que me resultaba familiar, también  a mi amigo Lucho, y varios niños más.
¡Héctor!, ¡Héctor! Me llamaban, invitándome a navegar. Sin pensarlo subi , ante el requerimiento de tan alegres marineros. El “personaje” me dijo, - ¿se acuerda de mí?, el de la galería de arte, el del cuadro camino a París, ¿me  recuerda?- Insistió.
Asombrado e incrédulo, seguí el viaje sin contestarle. Recorrimos un tramo, y el horizonte cambió,  navegábamos ya por un río en cuyas márgenes había una tupida vegetación de acacias,  pinos, arbustos, y sauces llorones, de cuyas ramas colgaban flores rojas y bastoncillos blancos rayados de colores. -¿De qué son esos frutos?-, pregunté, -son chupetines palito-, me respondió el personaje, -y las flores son helados de frutilla. Este es el sendero de los niños felices. Únicamente entran ellos y quien los hace felices. La felicidad de los niños es patrimonio solo de ellos; todos la llevan  dentro,  solo que a veces, las circunstancias hacen que no lo expresen. Hoy Ud. ha colaborado para que ello sucediera, y aquí está. Los adultos no saben diferenciar a un niño contento de  un niño feliz. Todos los  niños  en varios momentos están contentos,  pero, ¿felices?; la felicidad no se compra con regalos, se debe sentir y apreciar, y ellos son  los mejores intérpretes para eso. ¡Mírelos, ellos hoy son felices! Observe, vamos a la calesita que está en esa isla. Ayúdeme, tome la  sortija,  y a cada vuelta deje que vayan agarrándola uno a uno. Verá que quien no la toma en esa vuelta, estará feliz que su amigo lo haya  hecho.  Ese es el secreto, ellos nos enseñan a  nosotros-. 
Al dar la sortija, me di cuenta que del aparato salía, en lugar de la acostumbrada argolla, un premio de chocolate. 
Volvimos. Me dejaron en el borde del lago. Nos volveremos a ver, me dijo el hombrecillo,  estoy seguro… navegaron, giraron y desaparecieron.
Inquieto por lo que había pasado caminé hasta encontrar al guardián del  parque, al hacerlo le pregunté donde estaba el atracadero de los botes para alquilar, me miró sorprendido, - no, acá no hay botes, ¿Ud. vio  alguno?- , me respondió, agregando -si es así avíseme, porque no está permitido-. No dije  nada, volví sobre mis pasos recordando lo que me había comentado el hombrecillo, y ya casi al salir del parque la voz del guardián me alertó: “Señor se olvidó esto”…, eran dos barquitos, uno, el que yo había armado, otro de papel  mojado que decía : “gracias por los dulces y la alegría”…. De mástil tenía un chupetín de palito a rayas.


                                                                                                 Héctor Julián